Las calderas de condensación son las calderas con mayor eficacia energética del mercado, lo que se traduce en beneficios en el momento de abonar las facturas.
Más, si bien este género de caldera sea la opción mejor para nuestros bolsillos y para el medio entorno, hay muchas otras. Hoy día en las residencias se pueden hallar calefacciones atascas, atascas de bajo NOX, o bien de condensación.
Para saber que género de caldera nos resulta conveniente, debemos tomar en consideración la localización de nuestra residencia. En las grandes urbes lo más habitual y económico es la instalación de calderas de condensación de gas natural. Asimismo acostumbran a instalarse sistemas de calefacción de nutrición eléctrica, mas esta alternativa acostumbra a ser más cara. En las zonas más rurales, donde no llega el gas, se opta por sistemas alimentados por gasóleo, y por pallets o bien madera.
Con la nueva normativa europea de etiquetado y diseño ecológico ErP fuerza desde el pasado veintiseis de septiembre a la comercialización de equipos más eficaces en todos y cada uno de los países de la UE, lo que se traduce en que, desde ese momento, solo se pueden fabricar (y por tanto, adquirir) calderas de condensación. Además de esto, en la actualidad muchas comunidades tienen en marcha Planes Renove para estimular el cambio en los hogares.
Conforme la Asociación de Fabricantes de Generadores y Transmisores de Calor por Agua Caliente (FEGECA), la condensación aporta ahorros en la factura del gas de hasta un treinta por ciento sobre una caldera tradicional. El ahorro mínimo se ubica entre un quince y un veinte por ciento , mas puede ser de cerca de un cuarenta por ciento si se combina con radiadores de baja temperatura.
Más, si bien este género de caldera sea la opción mejor para nuestros bolsillos y para el medio entorno, hay muchas otras. Hoy día en las residencias se pueden hallar calefacciones atascas, atascas de bajo NOX, o bien de condensación.
Para saber que género de caldera nos resulta conveniente, debemos tomar en consideración la localización de nuestra residencia. En las grandes urbes lo más habitual y económico es la instalación de calderas de condensación de gas natural. Asimismo acostumbran a instalarse sistemas de calefacción de nutrición eléctrica, mas esta alternativa acostumbra a ser más cara. En las zonas más rurales, donde no llega el gas, se opta por sistemas alimentados por gasóleo, y por pallets o bien madera.
Con la nueva normativa europea de etiquetado y diseño ecológico ErP fuerza desde el pasado veintiseis de septiembre a la comercialización de equipos más eficaces en todos y cada uno de los países de la UE, lo que se traduce en que, desde ese momento, solo se pueden fabricar (y por tanto, adquirir) calderas de condensación. Además de esto, en la actualidad muchas comunidades tienen en marcha Planes Renove para estimular el cambio en los hogares.
Conforme la Asociación de Fabricantes de Generadores y Transmisores de Calor por Agua Caliente (FEGECA), la condensación aporta ahorros en la factura del gas de hasta un treinta por ciento sobre una caldera tradicional. El ahorro mínimo se ubica entre un quince y un veinte por ciento , mas puede ser de cerca de un cuarenta por ciento si se combina con radiadores de baja temperatura.